La madrugada del viernes 26 de Febrero a las 00:20 aproximadamente, salíamos de la casa de Mar ubicada en callejón del Pípila #9 Real del Monte Hidalgo, varios estudiantes del IDA siendo 20 compañeros en total. Caminábamos frente al instituto de artes con rumbo a casa de algunas compañeras en la misma comunidad. Cuando fuimos interceptados por cuatro patrullas de la llamada Policía Metropolitana (así nos lo hicieron saber los Policías Municipales a los cuales se les pidió informes sobre las detenciones) El operativo conformado por aproximadamente 20 oficiales (entre ellos tres mujeres) parecía ser coordinado por una policía de complexión gruesa, morena y rasgos toscos. Comenzaron a rodearnos en plena calle sin ningún motivo razonable, puesto que simplemente íbamos caminando. Sin advertencia, comenzaron a dividirnos a hombres y mujeres, para formarnos en hilera sobre la pared gritando “todos contra la pared y las manos arriba”. Argumentando que iban a revisarnos, una de ellas grito: “de una vez díganos quien trae droga porque sino, nos chingamos a todos”. Unas compañeras asustadas sacaron la dosis de su consumo personal. Enseguida, nos hicieron bajarnos los pantalones para revisarnos y con palabras altisonantes y sus armas apuntandonos, nos amenazaban continuamente. Nos hicieron quitarnos los zapatos y chamarras gritandonos “ahora si sienten el frío verdad” . A las mujeres les revisaron las uñas y los ojos diciéndoles “'anijo chicas, vienen bien pachecas”. Esta supuesta revisión se repitió tres veces.
Una de las policías se dió cuenta que un par de chicos se fueron corriendo, a lo que mandó a una de las patrullas a su búsqueda. Lo que pareció como diez minutos, regresó la patrulla argumentando “ eran los de hace rato”.
Comenzaron a pedir los datos de cada uno de nosotros, mientras otros revisaban y golpeaban a uno de mis compañeros. Una de las policías, al parecer la líder, trató de hacer un arreglo con una de mis compañeras, diciéndole que si cooperaba y aflojaba ella podría irse libre. Ella le respondió que no, a lo que la policía enfurecida le hizo quitarse las botas y los calcetines por minutos. Muchos de nosotros, nerviosos y con frío, tiritábamos. Y ellos nos gritaban “¿que porque temblábamos?”, que “seguramente estábamos drogados”. Lo que pareció una hora y media, se tornó en un mar de miedo e incertidumbre porque nadie quería escucharnos ni darnos respuesta de porque nos estaban deteniendo.
De nuevo, la supuesta líder trato de hacer arreglos con otra compañera, que si ella se hacia un examen médico podría irse, a cambio de decir quienes eran los que llevaban droga.
Al terminar de revisarnos la supuesta líder gritó, “les contamos cinco segundos para que corran a sus casas sino los comenzaremos a perseguir y al que agarremos le metemos plomazos”. Todos los policías rieron.
Yo Daniel Alejandro Rubio García declaro: Al comenzar el conteo, mis amigos comenzaron a correr, a mi no me soltaban y me volvieron a revisar continuamente y siguiendo con las amenazas, prosiguieron diciendo: “vayanse todos a la verga o todos valen verga”. Yo no corrí, así que me agarraron del pantalon y sin soltarme, me zarandeaban de un lado a otro, exclamando: “haber este de la barbita para donde?”, hasta que terminaron subiendome a la patrulla junto con otros compañeros, siendo cinco en total: 3 mujeres y 2 hombres. Ya arriba de la patrulla, continuaron las agresiones, insultos y golpes, incluso una policia les dijo a las compañeras: “A la tercera que hablen les suelto un putazo”. Nos transladaron a las instalaciones de transito en Pachuca, por dos horas. Al llegar, metieron al compañero OMAR CABALLERO a revision. Me metieron a las celdas y comenzaron las revisiones a las compañeras. A una de las chicas, seis policias hombres la humillaron con groserías y vulgaridades, lo que alcancé a escuchar fue, “Ya dejanola aquí, aquí pasanola”.
Nos hicieron un examen médico de diagnóstico. Sufriendo constantemente un abuso físico y mental.
Me golpearon varias veces, sin razón alguna. Aqui mi declaración.
Miéntras tanto, el resto de los compañeros que dejaron ir, decidieron moverse para ver por todos nosotros. Unos de ellos acudieron a las autoridades municipales, quienes se deslindaron argumentando que ellos no sabían nada y que seguramente había sido la policía metropolitana. Preocupados, decidieron juntarse y empezar a hablar con abogados y a tratar de comunicarse con nosotros.
Por lo tanto los implicados y la comunidad estudiantil solicitamos por la irregularidad, se abra una comisión investigadora de este caso en específico y de lo que resulte. Así como castigo y destitución a las autoridades implicadas.