"Los
integrantes de la cúpula católica no actúan como pastores, sino como
funcionarios del Estado de El Vaticano" dijo el padre Alejandro
Solalinde al denunciar el hostigamiento a mujeres que velan por los
migrantes en Veracruz.
Las patronas, mujeres veracruzanas que lanzan comida a los migrantes en tránsito en los trenes.
Los
padres Alejandro Solalinde y fray Tomás González, fundadores de los
albergues para la atención de migrantes de Ixtepec (Oaxaca) y Tenosique
(Tabasco), respectivamente, informaron que “la cúpula de la Iglesia” ha
emprendido una estrategia orientada a “desplazarlos” de la Pastoral de
la Movilidad Humana, y aislarlos junto con otros curas que, por años,
han encabezado la defensa de indocumentados que cruzan México con rumbo a
Estados Unidos, así como la denuncia de los abusos que sufren.
Reunidos
en la preaudiencia del Tribunal Permanente de los Pueblos relativa a
criminalización de migrantes en México, que se realizó ayer 19 de agosto
en la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, ambos
defensores de indocumentados coincidieron en que la intención de
aislarlos, emprendida por la “oficialidad” católica, responde a que “los
integrantes de la cúpula católica no actúan como pastores, sino como
funcionarios del Estado de El Vaticano, y esta jerarquía se lleva muy
bien con las actuales autoridades del país, para esta jerarquía todo
está bien, no pasa nada, a pesar del calvario que todos los días
enfrentan los migrantes, y simplemente no se puede estar del lado de la
gente, abajo, y al mismo tiempo estar del lado de quienes la está
haciendo sufrir y la oprimen”, señaló Solalinde.
Por
su parte, fray Tomás González informó que “a finales de mes se va a
realizar un nuevo encuentro, y ahí se van a tomar definiciones
importantes en torno a la línea de acción que debe seguir la Iglesia en
el tema de los migrantes: actualmente la pastoral está encabezada por el
mismo grupo del Estado de México que el año pasado cerró el albergue de
Lechería, a pesar de que esto significaba elevar los riegos que
enfrentan los centroamericanos que llegan hasta ese punto, y por otro
lado estamos quienes creemos que la defensa de los migrantes va más allá
de lo asistencial y pasa por la denuncia de quienes son responsables de
su sufrimiento: los criminales y las autoridades corruptas, que los
persiguen, roban, violan, extorsionan, secuestran, torturan, desaparecen
y asesinan.”
Las Patronas, acosadas
“El
mejor ejemplo de la relación de conveniencia de la jerarquía católica
con las autoridades –señaló Solalinde– es Veracruz, donde están algunos
de los puntos más peligrosos de la ruta migrante, y en donde la
jerarquía católica se lleva de maravilla con el gobernador en turno,
Javier Duarte, tanto como lo hizo con su predecesor, Fidel Herrera, aún
cuando ninguno hizo nada por detener el calvario de la población
transmigrante.”
En
este estado, añadió, la Iglesia se ha prestado, incluso, para tratar de
cooptar a una de las agrupaciones civiles más destacadas en materia de
ayuda humanitaria a migrantes, Las Patronas, el grupo familiar que
arroja alimentos a los centroamericanos que cruzan por Amatlán, a bordo
del tren que va al norte, a las cuales “las han desautorizado, y eso yo
lo escuché personalmente, porque no se han sindicalizado con la
jerarquía de Cordova, no trabajan para el obispado de Córdova, y aunque
son fieles católicas, no son una feligresía dócil, y por eso las
desconocen, a pesar de que ellas son un símbolo profético y de servicio,
eso le duele a la jerarquía de Córdova”.
Y
esto, remató, por su parte, fray Tomás González, “hay que decirlo
públicamente: nuestras hermanas Patronas están siendo acosadas por
nuestra Iglesia, esa Iglesia a la cual pertenecemos, y como ellas, hay
un sinfín más de defensoras y defensores de migrantes víctimas del
acoso.”
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