CAMINATA POR EL BOSQUE Real del Monte
Real del Monte Pueblo Minero del que se dice surgió la riqueza de Europa durante 300 años y aun mas…
El extranjero siempre sustrajo de estas tierras su argenta pulpa y de los mineros -pulmones de plata- también.
Antes las entrañas de estos lados eran las explotadas, ahora el capital convierte en mercancía la piel de la tierra.
Menos agua, menos aire, mas dinero… ¡¿que importa la vida si se habla de dinero?!
Domingo 18 Abril 2010
El día comenzaba frió, cielo azul, más nada ni nadie impediría que se realizara la caminata planeada. A las 11:30 a.m. aproximadamente, un grupo de compañeros defensores del bosque partieron del muy conocido “Bosque del Hiloche” en Real del Monte, con mantas, carteles y consignas en pro de la madre naturaleza, caminaron hasta el auditorio casi frente al Instituto de Artes donde otro grupo más los esperaba para unirse a la manifestación, con árboles artificiales de navidad que simularon un bosque andante, globos verdes, personas con máscaras de animales y otras con el rostro pintado a manera de calaveras con collares de billetes (emulación misma del sistema capitalista y los “compradores” de recursos naturales). Así, la fiesta comenzó, ya que entre los gritos y consignas como “El golf quiere agua y al pueblo se le acaba”, “Es un engaño, la tala si hace daño” (siempre rimando), también se oía música de tambores (un grupo de batukeros se unió al contingente), el sonido de un caracol, como si se tratase de un ritual. La caminata en su paso saco de sus casas a los habitantes del Real. Se veían cabezas asintiendo ante las consignas, otras reflejando duda, consternación “es cierto, el agua se acaba”.
Ya instalados en el jardín principal frente a la iglesia del Rosario dio inicio el guateque escénico, una mujer-payaso tomo el papel ofertador del bosque, ofrecía o recibía mucho dinero por un árbol ya después se limpiaba el trasero con este mismo dinero, mientras un hombre del pueblo tomaba el papel de tala montes y con un hacha tiraba los árboles y destazaba a los disfrazados de animales aves azules, ardillas y topos, las calaveras símbolo de muerte se reían al mirar esto y ofrecían árboles para leña a los espectadores; rondaban sobre el improvisado bosque y compraban arboles. Hubo también un ermitaño el cual entre caídas y golpes de tambor cantaba por el bosque, suplicaba por los montes. Una hora de fiesta y determinación escénicas, festejo surgido del coraje y la rabia; niñ@s, madres, padres, music@s, biolog@s, artistas plásticos y escénicos, TOD@S … a fin de cuentas seres humanos conscientes de que la tierra es única, digna y acompañada por nosotros es irreductible.
GRACIAS A TODOS LOS ACOMPAÑANTES DE LA MADRE TIERRA
