La desaparición forzada ha sido calificada por diversos activistas y académicos como una política de Estado implementada para esparcir terror en la sociedad y poder controlar a las poblaciones, al tiempo de inhibir la acción organizada y destruir cualquier intento de que la sociedad se una para exigir el respeto a los derechos humanos, y sobre todo justicia por la violación de éstos.
En este sentido, se ha argumentado que esta clase de fenómenos tienen como objetivo dejar el camino libre para la implementación de políticas y proyectos capitalistas, pues al desarrollar prácticas como la desaparición forzada, que constituyen el terrorismo de Estado y causan la parálisis de la sociedad a través del miedo, puede dejarse el terreno para que pase cualquier decisión sin obstáculo de grupos opositores de la sociedad.
Al respecto, el periodista Federico Mastrogiovanni, quien ha seguido muy de cerca el tema, afirma que para poder permitir la implementación de proyectos de corte neoliberal y ceder los recursos al capital, los que ostentan el poder han identificado como necesario crear terror sobre las comunidades, esto a través de acciones específicas donde “la desaparición forzada es una forma para hacerlo y es de las más efectivas”.
En tal sentido, el Dr. Gilberto López y Rivas asegura que la desaparición forzada se constituye como una política de Estado, sin embargo, enfatiza, ha estado presente en diversos periodos y ha tenido características distintas.
El académico señala que durante la llamada guerra sucia, el desarrollo de esta clase de prácticas se focalizó para aniquilar a los grupos subversivos.
“Si nosotros vemos el caso de la guerra sucia de los años 60,70, 80 observamos que estaba focalizada o centralizada en lo que podría ser los esfuerzos del Estado para aniquilar grupos de jóvenes que habían ido a la guerrilla, y se dio a través de grupos paramilitares, como la brigada blanca. Una verdadera cacería de estos jóvenes; familias enteras que participaron en la guerrilla de esos años y que fueron aniquilados por estos verdaderos escuadrones de la muerte”, señaló.
En lo referente asegura que en la actualidad, la puesta en marcha de prácticas como la desaparición forzada, que configuran el terrorismo de Estado, está relacionada con la implementación del capitalismo a nivel mundial.
“Observamos que hay un cambio cualitativo a nivel planetario que coincide claramente con lo que podría ser esta mundialización capitalista que invade territorios en búsqueda de recursos naturales y estratégicos. Esta expansión del capital neoliberal tiene lugar a partir de los 80 y creo que Chile fue un experimento de la imposición de este sistema, y si analizamos este caso, fue a partir de una cruenta dictadura militar (con prácticas como de la desaparición forzada) que se impuso este sistema. Es decir se estaban dando los experimentos sociales de como imponer un sistema (capitalista) de esta naturaleza, cómo quebrar voluntades, cómo destruir organizaciones, cómo aniquilar gente, cómo aterrorizar”, apunta.
López y Rivas asegura que en esta oleada del capitalismo, el papel del Estado ha sido ejercer el control a través de la fuerza.
“En esta política de una brutalidad extractivista que invade territorios, que saquea, que aniquila, que causa desplazamiento y que causa violencia, observamos que el papel del Estado es precisamente ejercer este dominio en el terreno de lo policiaco, de lo militar, de los grupos de inteligencia para aniquilar la resistencia que ofrecen los pueblos frente a esta invasión de sus territorios y frente a este saqueo permanente de sus recursos naturales y estratégicos”, dijo.
Aunado a lo anterior, apunta que esta clase de estrategias del terrorismo de Estado buscan quebrar las voluntades y aterrorizar, de tal manera que se destruya la organización “particularmente las que más teme el imperialismo que son las formas de organización comunitarias y políticas, que vislumbran un mundo distinto al capitalismo”.
De igual manera, el académico detalla que se pude considerar como terrorismo de Estado a esta clase de prácticas que generan presión porque emprende acciones a partir de lo ilegal y lo clandestino, partiendo “de una generalizada forma de acciones en el mundo de los secreto, de los clandestino, de la utilización, incluso, de grupos que actúan con tareas del Estado”.
“No es para nada una coincidencia que el llamado crimen organizado actué en una gran complicidad, por ejemplo, con las compañías y corporaciones mineras. Que actué con el ejército para conformar grupos paramilitares. Estamos observando aquí una verdadera distribución de tareas con un mismo objetivo: el desplazamiento, el aniquilamiento, la ejecución, de tal manera que asistimos a lo que es una verdadera guerra”, dijo.
Asimismo, explica que hoy en día en el mundo se observa una clase de reconfiguración del capitalismo a través de una dimensión militar, que toma como punto de partida y justificación el combate al terrorismo y al narcotráfico.
“Muchos analistas hablan de esta especie de reconfiguración mundial del capitalismo, que tiene una dimensión militar de control de población y que se usa a partir de dos supuestas guerras: la guerra contra el terrorismo y la guerra contra el narcotráfico. A partir de esto, en los últimos dos periodos presidenciales, en México el resultado de estas guerras ha sido no sólo los cerca de 150 mil muertos, los miles de desplazados que van casi al medio millón, los miles de desaparecidos forzados, sino también la virtual adición de nuestro país a los planes estratégicos del gobierno de los EEUU en cuanto a su papel en América Latina, por ejemplo, y en cuanto al control que tiene EEUU de nuestras fuerzas federales que se han convertido en verdaderos ejércitos de ocupación interna”, asegura.
Al respecto, López y Rivas manifiesta la importancia de analizar los cambios que se están dando a nivel global, en donde el “imperialismo no duda en utilizar el terror a nivel planetario, que hace ejecuciones en el lugar que le plazca”.
“Nos vemos enfrentados a una situación de terrorismo de Estado que es replicada en países tutelados como el nuestro. Es decir estamos ante la presencia de lo que podría ser un Estado criminal, que practica el desvió de poder, fuera de la ley, fuera del Estado de derecho en donde reina la impunidad”, finaliza.
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