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lunes, julio 26

Aseguran que Lujambio defiende comida chatarra por presión de empresarios

Aseguran que Lujambio defiende comida chatarra por presión de empresarios

La red de organizaciones civiles por la defensa de los derechos de la infancia denunció que el secretario de Educación Pública “antepone sus intereses políticos por encima del bienestar de los niños mexicanos”.

Ciudad de México.- La red de organizaciones civiles por la defensa de los derechos de la infancia denunció que el secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio “antepuso sus intereses políticos al bienestar de los niños mexicanos” al acceder modificar las lista para no sacar la comida chatarra ni las bebidas endulzantes en los más de 223 mil planteles de preescolar, primaria y secundaria.

Alejandro Calvillo, presidente del Poder del Consumidor, y una docena de organizaciones no gubernamentales explicaron que denunciarán ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y a otras instancias al Gobierno de Felipe Calderón por “privilegiar los intereses de grupos empresariales por encima de la salud de los niños mexicanos”, considerando, que nuestro país ocupa el primer lugar en obesidad infantil.

Calvillo refirió que el proyecto anunciado el pasado 26 de mayo por Lujambio y el secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos llegó a la de la Comisión Federal de Mejora Regulatoria “totalmente rasurado, es decir, desaparecieron los listados que se dieron a conocer públicamente de los alimentos que no se venderían en el próximo ciclo escolar dentro de los planteles educativos”.

Se trataba de una lista, dijo, que sacaba a todos los productos de Bimbo y Marinela, de Barcel y Sabritas, asimismo todos los refrescos incluyendo a las bebidas endulzantes, con el objeto de reducir el consumo calórico de un niño que llega a sobrepasar los 900 calorías durante la jornada escolar, incluyendo el desayuno

De acuerdo con un estudio científico, en México 25 millones de alumnos consumen más de 500 calorías durante el recreo, lo cual, ha contribuido a que el país ocupe el primer lugar mundial en obesidad, con 4 millones de infantes de 5 a 11 años de edad, y que de 2000 se pasara de 35 mil millones de pesos en atender este problema de salud a más de 67 mil millones de pesos en 2008.

“Un pequeño requiere mil 300 calorías diarias, teniendo en cuenta que 85 por ciento llega a la escuela desayunado, se pretende que un preescolar consuma de 217 a 240 calorías al día; los de primaria de 275 a 290 y los de secundaria de 362 a 400 calorías” y una simple bolsa de papas contiene 470 calorías”, explicó en aquella ocasión en titular de la SSA.

Incluso, Lujambio dio a conocer algunos de los 20 mil productos industrializados y preparados que “no podrán venderse en las cooperativas escolares: refrescos con y sin calorías, jugos de frutas, yogurt para beber, palomitas de maíz con mantequilla, ensaladas de fruta, leche entera y tampoco con saborizantes adicionados, verduras con altos contenidos de sal.

“Nada frito se puede comer en las escuelas, si quieren una quesadilla deberá ser calentada en comal, nunca en aceite; tampoco tacos, flautas, gorditas de chorizo, papa y frijol, tortas con guisados fritos, molletes, tamales, sopas instantáneas, pizzas, plátanos fritos, hamburguesas, hot cakes”, precisó.

Sin embargo, explicó Calvillo, después del anuncio Lujambio flexibilizó su discurso, tardó más de dos semanas en entregar los lineamientos a la Cofemer y cuando lo hizo dio un listado donde deja los pastelillos, papas con más de 450 calorías por bolsa, en sí la comida chatarra. “Cedió a la presión de las empresas que, finalmente, financian las campañas en época electoral y todos sabemos sus intereses políticos”.

De igual manera la Cofemer “anda de abogado de las empresas” las cuales conformaron un frente común junto con la Confederación Nacional de Cámaras Industriales (Concamin) así como a las dos principales refresqueras para evitar sacar de las cooperativas los productos industrializados, bajo el argumento de que perderían más de 20 mil millones de pesos anuales.

De hecho el mismo Córdova Villalobos refirió que el 20 por ciento de los productos que se comercializan en las escuelas fácilmente podrían sacarse de las cooperativas, ya que el 85% de los niños van desayunados o comidos a los planteles escolares, y lo único que habría que reforzar sería el abasto adecuado de agua.

“Hay algunas empresas que se niegan a entender que estamos viviendo un problema grave de salud pública, que no se compensa con lo que se paga de impuestos o con los empleos que se generen”.

Sin embargo, recordó Calvillo, ambos funcionarios determinaron a la mera hora cambiar sus discursos y anunciar que la salida de dichos productos con alto contenido energético se dará de manera paulatina.

“Esa es una violación a los derechos a la infancia. La semana pasada en España, el Ministerio de Salud anunció directamente, sin consulta de por medio, que de las escuelas saldrían ya la comida chatarra. Otros países lo han hecho y aquí no porque no quieren sacrificar sus carreras políticas, por eso vamos a meter una queja internacional y vamos a manifestarnos contra el titular de la SEP”, acotó.

Claves

Entre los alimentos y bebidas que tendrán cabida, de acuerdo con la SEP, se encuentran agua natural, sándwiches de queso panela con frijoles, atún, pollo, huevo, así como, tacos suaves con tortilla de maíz, sopes con bajo contenido en grasas, enfrijoladas, chilaquiles, enchiladas verdes, elotes con chile y limón, esquites con limón y chile, y ensaladas.

Blanca Valadez

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